Maestro Pablo el Veneciano
El
Maestro Ascendido Pablo el Veneciano, chohán del tercer rayo rosa,
del Amor
Divino y
la Sabiduría
del corazón,
a lo largo de sus vidas vio en la belleza la fuerza principal para
iluminar a la humanidad y abrir nuestros corazones a través
del arte,
la música y el color.
En
la Atlántida fue un gran artista y sirvió ocupando el cargo de
director de Asuntos Culturales.
Más
tarde encarnó en Perú, en el imperio inca, donde se especializó
como pintor utilizando pigmentos que no se desteñían. Allí
estableció un centro de la llama de la libertad, que dio impulso a
la cultura, la belleza y la riqueza de la civilización inca.
En
Egipto, encarnó como un maestro de arquitectura esotérica y trabajó
junto al alma del Maestro Ascendido El Morya en la construcción de
las pirámides.
En
su última vida, como Paolo Veronese, uno de los grandes artistas de
la escuela de Venecia, se destacó como un revolucionario
espiritual,
ejerciendo el don
de discernimiento de espíritus en
el arte. Efectuó
un sutil cambio en las actitudes hacia lo sagrado poniéndolo al
alcance de la gente común. Trascendió el arte medieval y el
renacentista previo creando nuevos colores y contrastes,
perfeccionando la técnica de la preparación de los pigmentos para
conservar la pintura que resplandece en su obra hasta hoy en día.
El
sendero del Amor
El
Maestro Ascendido Pablo es un gran profesor del sendero del amor. Su
devoción es a la belleza, el perfeccionamiento del alma a través de
la compasión, la paciencia, el entendimiento, la autodisciplina, y
el desarrollo de las facultades intuitivas y creativas del corazón
por la alquimia del autosacrificio, abnegación y entrega. Él inicia
el chacra
del corazón y
nos entrena en el don
del discernimiento de espíritus –discernir
el bien y el mal, luz y oscuridad y los delicados matices de todas
nuestras creaciones de belleza–. Discernimiento es sensibilidad
interior real de uno con el otro.
La
energía del rayo rosa es un componente esencial de la
cultura, la belleza y la creatividad,
que nos hace reconocer la armonía y la belleza en el mundo.
El
interés de este Maestro consiste en alimentar los talentos latentes
no desarrollados en los individuos, amando la Llama en sus corazones.
Pablo los asiste mediante radiación para lograr belleza en todas las
cosas y expresar perfección, y a realizar su Plan Divino.
Pablo
patrocina la cultura de los Maestros Ascendidos y trabaja con todos
aquellos que desean traer
la cultura para la humanidad. La
cultura de los Maestros Ascendidos es la piedra angular en la
pirámide de la era dorada, pues han dicho que es por medio de la
cultura que la humanidad responderá a las verdades espirituales y
las enseñanzas de la Gran Hermandad Blanca.
Mientras
el Maestro Ascendido trabaja con todas las almas en la maestría de
las cualidades del rayo rosa, también lo hace con estudiantes de
arte, música, arquitectura e ingeniería en la creación de belleza,
simetría y diseño.
El
Maestro opina que el sendero del artista es el sendero de la vida,
por lo tanto, crear alguna forma de belleza es esencial para nutrir y
desarrollar el niño que yace dentro de nosotros y para que madure
el alma que
anda por el camino hacia la ascensión; para que nos demos cuenta
que somos
una manifestación de Dios,
hijos de la luz, magníficos en todas las dimensiones.
El
Maestro Djwhal Khul, El Tibetano, dice que el rayo rosa es
la Inteligencia
Activa,
el rayo del pensador
abstracto.
Rige la filosofía, las matemáticas, la metafísica y también la
astrología. Mediante
la imaginación captan la esencia de la verdad;
son idealistas, impulsivos, soñadores y teóricos. El hombre de este
Rayo debe estar en continuo movimiento y creación cuidando de
realizar todo de forma desinteresada. Los individuos del Tercer Rayo
descubren el sendero a través de reflexiones filosóficas pero lo
recorren mediante una actitud de entrega y servicio a los demás.
Château
de Liberté (Castillo de la Libertad), Retiro del Maestro Pablo el
Veneciano
En
el sur de Francia, en medio del campo, se encuentra el retiro etérico
y hogar del Maestro. Allí, junto a su Madre espiritual, la Diosa de
la Libertad, se inspiró en la estatua de la Libertad, un regalo de
Francia a los Estados Unidos, como símbolo de amistad de los pueblos
amantes de la libertad.
En
el Château de Liberté, Pablo el Veneciano hace de anfitrión a los
consagrados músicos, artistas, escultores, poetas, escritores y
aquellos llenos de talentos, deseosos de servir a la humanidad.
El
propósito de este Retiro es establecer el Espíritu de Libertad en
los corazones de la humanidad, para que el Ser Crístico de cada uno
se manifieste. Existen varias libertades:
Libertad
Espiritual,
que es ser libre del contacto con pensamientos, sentimientos,
acciones, personas, lugares y circunstancias negativas que no están
de acuerdo con la Voluntad de Dios.
Libertad
Personal,
que es ser libre de la restricción externa como la discordia, la
insensibilidad, la enfermedad y la carencia, la esclavitud, la
servidumbre o el control de otro ser humano, así como la libertad de
opinión, conciencia y su expresión.
Libertad
Civil,
que protege los derechos de los ciudadanos y de cualquier nación
para vivir en paz y prosperidad, teniendo el derecho de participar en
el establecimiento y sostenimiento de sus propios gobiernos, como lo
son los derechos humanos.
Libertad
Artística,
que es la libertad para desenvolver el genio, la creatividad para el
desarrollo de todas las facultades artísticas latentes en toda su
expresión.
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Libertad
de Cualidades Divinas,
para el estímulo del ingenio y los inventos para el beneficio de la
humanidad.
El
Maestro nos aconseja pensar antes
de hablar y actuar, conectarnos con nuestro ser crístico, ya que
esto nos permitirá regresar a la belleza original, la armonía y la
paz y si mantenemos esta frecuencia como forma de vida, aunque
envejezcamos creceremos más bellos, con más luz, amor y balance.
El
Maestro Pablo, su llama gemela Ruth Hawkins, el Arcángel Chamuel
–Aquel
que ve a Dios–,
su complemento Caridad, y los elohim Orión y Angélica, trabajan
para que logremos todo lo que nuestro corazón desea, a través
del Amor
Divino,
la más grande expresión de la naturaleza de Dios, cuya sustancia es
la creación.
Su
llave tonal es el Adagio (2º Movimiento) Piano Concierto nº 2 Do
menor, de Sergei Rachmaninov.
Fuente
Hermandad Blanca
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